En una sesión controvertida y sin debate, el Senado aprobó un incremento significativo en las dietas de los senadores, generando un amplio revuelo tanto en la clase política como en la opinión pública. Este aumento, que entrará en vigor a partir del próximo mes, ha sido objeto de críticas y debates acalorados en las redes sociales y la sociedad en general.
El aumento, respaldado por una amplia mayoría a mano alzada, elevará las dietas de los senadores de manera considerable. Según las cifras reveladas, las dietas pasarán de los $1,7 millones de pesos actuales a más de $6 millones en bruto, lo que se traduce en alrededor de $4 millones de pesos en el bolsillo de cada legislador, teniendo en cuenta ciertos ítems adicionales contemplados.
Este incremento se produce en un contexto de ajuste en el estado, liderado por el gobierno de Javier Milei, lo que ha generado aún más polémica y críticas por parte de diversos sectores de la sociedad.
La rápida votación y aprobación del aumento sin un debate adecuado ha suscitado interrogantes sobre la transparencia y la ética en el manejo de los recursos públicos. Además, la falta de discusión previa sobre este tema tan sensible ha generado malestar entre algunos sectores de la oposición y la ciudadanía en general.
La respuesta del gobierno ante estas críticas ha sido ambigua, con algunos legisladores defendiendo la legalidad del aumento, mientras que otros expresan su preocupación por el impacto que pueda tener en la percepción pública sobre la clase política en su conjunto.
En medio de este escenario de controversia, queda por verse cómo reaccionarán los diputados ante esta situación, especialmente después de la reciente orden del gobierno de dejar sin efecto un aumento similar el mes pasado, lo que generó tensiones y malestar entre los legisladores de diferentes bancadas.