El motivo de la marcha no podría ser más urgente ni más claro: rechazar el ajuste presupuestario que amenaza el corazón mismo de nuestras universidades públicas. En un contexto donde las instituciones de educación superior enfrentan desafíos financieros cada vez mayores, esta movilización se alza como un faro de resistencia y esperanza. En este día, las calles resonaron con consignas de unidad y determinación. Carteles vibrantes, proclamando la resistencia de una comunidad unida en su amor por la educación pública. Los rostros determinados de los manifestantes reflejaban la convicción de que juntos, podemos hacer la diferencia.